jueves, 25 de septiembre de 2008

La República Perdida

Durante la sesión del día 24 de septiembre en la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires, lugar donde me desempeño como asesor legislativo del Diputado Jorge Macri, se desarrollaron una serie de acontecimientos. Los cuales, si bien no tuvieron mayor trascendencia mediática, considero que merecen ser relatados ya que reflejan nuestra pobre y débil calidad institucional.

La sesión comenzó de manera totalmente normal, y el primer proyecto a tratar por los diputados fue la declaración de ciudadano ilustre post mortem del Señor José Ignacio Rucci.

Dicha iniciativa fue proclamada por el Bloque oficialista, el cual proclamó un discurso bastante apagado y despolitizado, lo cual desde mi punto de vista representa un gran avance, ya que cuando uno utiliza la historia para hacer política en verdad está hablando del presente y no del pasado. Lamentablemente el oficialismo se acordó demasiado tarde de no politizar con temas históricos y el daño que sus actos han causado reabriendo heridas y reescribiendo a su manera la historia, llevará mucho tiempo para repararlo.

En fin,  se contó con la presencia de los hijos de Rucci y se concluyó con un aplauso generalizado de todos lo presentes para con la hija de Rucci.

Luego de este emotivo y merecido homenaje, se dio lugar al segundo tema del orden del día. Este era un pedido de licencia del Diputado Onchalo, ya que había sido encomendado como interventor de un hospital. Hasta aquí todo transcurría con normalidad…

Pero en ese preciso momento pidió la palabra el ex Ministro de Salud, ex Presidente de la Cámara de Diputados (hasta el años 2007) y actual Diputado por el oficialismo Dr. Ismael Passaglia. El Diputado al parecer había sido director del hospital donde se designaba a Onchalo como Interventor, y su discurso estuvo lejos de ser un discurso más del Bloque oficialista, fue un discurso de tinte totalmente opositor, repleto de denuncias y críticas para con la gestión del actual Ministro de Salud Claudio Zin. Su nivel de crítica fue mayor al  que cualquier opositor se hubiera animado; y dejó sentado su oposición a que Onchalo acceda a su licencia.

Yo que me encontraba presente y dentro del recinto, pude apreciar los gestos de sorpresa en las caras de casi todos los diputados, tanto oficialistas como opositores. Nadie imaginaba tremendo discurso por parte de este Diputado quien hasta ahí había siempre sido un soldado más del oficialismo.

Acto siguiente se le concedió la palabra al Diputado Piemonte (Coalición Cívica) quien se hizo eco de las críticas para con el Ministro de Salud y se opuso también a la licencia. Mientras tanto, pude notar que el presidente de la Cámara se comunicaba telefónicamente con la vicepresidenta del Bloque PJ (Estaban acordando la estrategia que lelvarían a cabo en breve)

Cuando Piemonte finalizó con su discurso, Jorge Macri (PRO) y Arturo Jano (UCR) se apresuraron también a solicitar la palabra para fundamentar su voto. Pero el presidente, en un acto absolutamente insólito en un parlamento, les negó la palabra y entre los gritos de queja que efectuaban estos, se decidió poner a consideración (votar) el pedido de licencia.

Creo conveniente aclarar que en la Cámara de Diputados de nuestra provincia el voto es a mano alzada, se carece de cualquier medio electrónico para computar el mismo. Por lo tanto los Diputados a favor levantan su mano y una persona en forma demasiado veloz los cuenta y da por aprobado o no.

Esto fue lo que efectivamente ocurrió, la votación y conteo se llevaron a cabo en algo así como 2 segundos y se dio por aprobado el pedido. Lo cual generó la reacción inmediata de los bloques opositores, que tenían conocimiento de que el oficialismo no contaba con los votos suficientes, o al menos estaban al límite. Por lo cual solicitaron la votación uninominal, lo cual fue negado y para colmo de males el oficialismo continuaba poniendo proyectos a consideración como si nada hubiese ocurrido.

Con el correr de los minutos el griterío aumentaba y las quejas de la oposición se hacían sentir cada vez más, hasta que se perdió el control y los diputados comenzaron a dejar sus bancas.  Empezaron los insultos y agravios, el retiro del recinto de la oposición era inminente y el oficialismo continuaba increíblemente con el tratamiento de los demás proyectos. Cuando la cosa parecía que pasaba a mayores el recinto comenzó a ser efectivamente abandonado por los bloques de la oposición.

Fue tan grande la impresión que todo esto me generó que no pude evitar ser casi el último en abandonar el recinto, mi asombro se acrecentaba al ver como se continuaban tratando de manera insólita diferentes proyectos.

Una vez afuera, los ánimos se empezaron a calmar y todo termino en una conferencia de prensa en los pasillos (ya que no se habilitó ninguna sala para llevarla a cabo) y un pedido para que se entregue la versión taquigráfica con los votos en cuestión.

Conclusión: Lamentablemente estos acontecimientos no son más que un reflejo de la debilidad institucional que padecemos. Nuestra democracia ha sido vapuleada y herida en los últimos años, sus principales enfermedades fueron el clientelismo, los borocotó y los demasiado viejos sistemas electorales (que generan que el oficialismo cuente con más del 60% de la representación, cuando nunca supero el 45% de los votos).

Pese a todo nuestra democracia, muy herida, sigue en pie.

Pero no han corrido mejor suerte nuestros principales preceptos constitucionales, el fin de nuestro federalismo (que el conflicto con el campo puso de manifiesto) se ve reflejado en los porcentuales de coparticipación más bajos de la historia (el otro más bajo había ocurrido durante la última dictadura militar 29%, hoy se sitúa en el 24%). 

Por último el fin de la República, la división de poderes hace tiempo que ha dejado de funcionar, la politización del consejo de magistraturas a hecho estragos en la independencia de los jueces; y el obsecuente trabajo que realizan nuestros legisladores oficialistas han logrado opacar el rol del poder legislativo, permitiendo que se imponga el sistema presidencialista de manera total.

Nuestra lucha como jóvenes se debe centrar principalmente en estos dos últimos puntos, que son los más afectados. Si bien debemos intentar curar los males que afectan a nuestra democracia, es crucial que presentemos batalla para recuperar nuestra Republica Federal, que son los principales preceptos enunciados por nuestra constitución, base sobre la cual se fundó nuestra patria, y por la cual pelearon y murieron nuestros admirados Próceres.

Así que pese a nuestra triste realidad, no debemos decaer ni perder las esperanzas, hemos superado crisis peores, y el comienzo para enfrentar cualquier situación adversa es un buen diagnóstico, este es mi diagnóstico, ahora los invito a planear la forma en que debemos recuperar la republica, para lo cual necesitamos imperiosamente que se acerque toda la cantidad de gente posible a los partidos políticos, que son nuestra principal herramienta.